TrailRun Nº27

TrailRun Nº27

FEBRERO 2018

PÉRDIDA DE PAPELES

En estas últimas semanas ha saltado la noticia del cierre por parte del grupo Zeta de dos publicaciones, dos cabeceras periodísticas de abso- luta referencia en nuestro país. Me estoy refiriendo a Tiempo e Interviú. La última de ellas con más de 40 años saliendo de forma semanal a los quioscos patrios con una apuesta atrevida y diferente sin la cual costa- ría mucho entender la historia de las últimas décadas del siglo pasado y de la transición española. Un dato tan solo: Interviú llegó a vender más de un millón de ejemplares en una sola semana. Las pérdidas de ventas en los últimos diez años se sitúan en cifras en torno al 80%. No hay duda de que el empuje del sector digital es imparable y así también lo hemos sabido entender en nuestras filas donde todas las revistas del grupo cuentan desde hace tiempo con su correspondiente versión online. Esto no quita para que al abajo firmante se le caigan lágrimas como moldes de rotativa cada vez que se cuela una noticia como la que me ha servido de inspiración para este editorial, el primero de Trail Run en este 2018.

Muchos nos tildan de románticos, resistiéndonos a esta “pérdida de papeles”, apegados a las ediciones impresas a pesar de la que está cayendo. No les quito la razón, puede que sea eso, que seamos unos románticos empedernidos y tampoco niego que disfrutamos yendo al quiosco de la plaza, al de toda la vida, para recoger nuestra dosis y saborear esa primera vez, sin aguantar a llegar a casa, que se abren ante el mundo esas páginas y que el olor a tinta nos alegra la pituitaria. Espero que estés sintiéndote identificado con lo que estás leyendo y con lo que yo estoy escribiendo pensando en ti y que este nuevo número de Trail Run, el 27 ya, vuelva a meterse en tu cotidianei- dad, acompañándote en tus viajes, aunque sea, en los cortos espacios que transitan entre la cocina, el cuarto de baño, el salón o la mesilla de tu dormitorio. Espero que vuelva a ser testigo de esa siesta de sábado después de una mañana de entrenamiento por la montaña, reposando sobre tu pecho, mecida por el compás de tu respiración. Confío en que la compartas con tu pareja, con tus amigos o incluso con el compañe- ro de asiento en el tren o en el avión, aunque no le conozcas de nada pero al que el GPS en la muñeca y las zapatillas de trail le delatan y que sin duda viaja para correr la misma carrera que tú, para disfrutar de la misma aventura que tú y en la que quizá vamos a coincidir en los próximos meses. Nos vemos en las montañas.

José Antonio de Pablo «Depa»