TrailRun Nº32

TrailRun Nº32

SEPTIEMBRE 2018

NO TENEMOS WIFI...

Este año se cumplen, no me digan que no se han entera- do,100 años de la declaración de los Picos de Europa como Parque Nacional, el primero de la geografía nacional. Picos se convirtió en mi patio de recreo en una fase de juventud temprana, ahora son mi refugio, mi escapatoria natural al otro lado del mundanal ruido urbano. Me gusta perderme a veces en este reino de la verticalidad, huyendo de la gente, buscando la paradoja del encuentro con la propia humani- dad, con la esencia del ser, la relación entre los iguales en el cara a cara.

En la mesa de al lado -estoy escribiendo esto a 1.960 metros, en el refugio de la Vega del Urriellu- Erick Pérez, historia viva de los guías de estas montañas, más de 300 escaladas al Picu, habla entre amigos de alguna de sus expe- riencias de toda una vida dedicada a la montaña; Iñigo, uno de los guardas del refu, aconseja a unos montañeros fran- ceses sobre la ruta más recomendable para subir al Torre Cerredo; mi gran amiga María se maneja como nadie entre fogones (¡Ojalá esté haciendo tarta de queso!); mi sobrino

Julio me demanda para una partida de dominó (le gano siempre y aún así no se da por vencido); una familia habla en inglés animadamente justo enfrente mío, son de Reino Unido y hace un rato estuvimos charlando con naturalidad acerca de lo poco que nos gustan las fronteras. Todos hablamos, todos nos relacio- namos, nos preguntamos y puede, quién sabe, que en algunos casos esto pueda ser el comienzo de una preciosa amistad, como en la película Casablanca entre Rick y el capitán.

¿Qué está pasando aquí? ¿Qué ocurre? ¿Qué nos pasa? Esto parece un training camp de tertulianos. Salgo al exterior, fuera en la Vega todo el mundo habla, se ríe, comparten unas cervezas, toman el sol en grupo, comentan la aventura de la jornada cuando estaban colgados en esa vía imposible, creo que hablan de “El Pilar del Cantábrico”. Según entro de nuevo al refugio me fijo en algo que ha llamado mi atención… ¡Eureka! He aquí la explicación. En el pequeño cartel tamaño DIN A3 leo: “No tenemos wifi, hablen entre ustedes”. Sonrío. Satisfacción plena. Mientras no haya wifi, hay esperanza.

José Antonio de Pablo «Depa»