Trail Run está con vosotros desde hace ya prácticamente 5 años, de hecho en tan solo unas pocas semanas celebraremos nuestro primer lustro de vida y esto es algo que nos hace especial ilusión, más aún el hecho de compartir esta efeméride con todos vosotros. Es normal echar la vista atrás y ver desde dónde partíamos y hasta dónde hemos llegado y lo que, en un ejercicio de pitoniso, aún nos queda por alcanzar con vuestro apoyo.
En estas fechas, personalmente uno también puede echar la mirada al pasado, un poco más atrás, hace 15 años y verse comenzando un periplo definitorio en mi vida, trabajando en nuestra revista hermana Runner’s World y disfrutando de la época más bonita de mi vida, compar- tiéndola con los mejores compañeros del mundo, viviendo experiencias irrepetibles, sintiéndome parte de algo único. Vaya desde aquí mi homenaje, recuerdo y eterno agradecimiento para aquellas personas que me dieron una opor- tunidad y que con su cariño y profesionalidad me guiaron hasta aquí. Tras más de 15 años dando a luz, con calidad y brillantez, la mejor revista de running y atletismo que nunca tuvo este país, RW se acaba. Perdemos de nuevo los papeles, no me cansaré nunca, como ya hice hace ahora justo un año desde estas mismas atalayas, de reivindicar la presencia del papel impreso en nuestras vidas, hoy más que nunca cuando una parte muy importante de mi vida se pierde “en el tiempo, como lágrimas en la lluvia”.
Vamos a pensar en el futuro y en lo que nos deparará este año 2019, seamos optimistas a pesar de que no ha empezado con demasiadas alegrías. Tampoco el 2018 terminó dándonos muchos motivos para confiar en el ser humano, en el vecino, ni siquiera cuando una persona, como cualquiera de nosotras, sale a correr desde su propia casa, a disfrutar de la naturaleza. ¡Ni una más, por favor!
Pero no me gustaría terminar este editorial, el primero del año, en un tono negativo, así que hagamos caso a nuestro amigo Jairo Zabala (Depedro) y llevemos hasta lo más alto el título de su nuevo y maravilloso disco “Todo va a salir bien”. ¿Por qué no, si vosotros seguís aquí?
Gracias y ¡nos vemos en las montañas!
José Antonio de Pablo «Depa»