TrailRun Nº45

TrailRun Nº45

ENERO 2021

EL FIN DE LA DISTOPÍA

¡Ojalá sea así! Ojalá entre todos seamos capaces de convocar a las deidades griegas o de donde tengan a bien presentarse al casting para hacer causa común y borrar del mapa la distopía que ha supuesto (esperemos empezar pronto a conjugar en pasado).

Las hemerotecas existen para ser consultadas y haciendo lo propio con la nuestra de Trail Run, recurro a la del número 41, la primera entrega del ejercicio 2020. El año editorial lo empezamos un poco más tarde de lo normal, el primer número apareció en los quioscos a finales del mes de febrero o principios del mes de marzo.

En aquel personal “edito” me dio por ponerme romántico y hablar del monte en primavera, de flores, de días largos y de los dulces aromas que disfrutamos en ese sencillo ejercicio de correr o pasear por el monte. Jamás se me pasó por la cabeza, ni a mí ni creo que tampoco a ninguno de vosotros, pensar cuánto y de qué manera se nos iban a complicar esos paseos al aire libre tan sólo unos días más tarde. ¡Cuánto los íbamos a añorar!

Tan sólo unos renglones más abajo, con gran inocencia y candor, ahí sí que me iba a meter en un buen jardín. Atentos a mis palabras: “Ya sabéis lo que nos gusta viajar y lo felices que nos hace encontrarnos con vosotros en las montañas y las carreras del mundo”. Pues sí, di en el clavo en un año ideal, 2020, para viajar y para encontrarnos…

Seguía mi disertación hablando de lo maravilloso que resulta viajar para visitar a los amigos y a la familia. Y terminaba con este párrafo: “Viajar físicamente, viajar con la mente, viajar con los ojos cerrados o viajar a través de las palabras escritas o (mucho mejor) susurradas en noches de luna llena como esta… Nos encanta viajar, viajar nos enriquece, viajar cura y es la mejor medicina contra alguno de los males que nos asaltan en estos tiempos. Gracias por seguir viajando con nosotros”.

Volvamos al presente distópico y reflexionemos sobre todo aquello de lo que nos hemos visto privados en este 2020, no sólo de los viajes y de las salidas al monte con los amigos en primavera, no únicamente de los dorsales que no nos hemos podido prender; recordemos por supuesto a aquellas personas que no han podido terminar el año con nosotros; pensemos en un futuro próximo, no utópico, sino real y seamos capaces de valorar, de disfrutar, de compartir cada momento de los que nos quedan por vivir.

José Antonio de Pablo «Depa»