TrailRun Nº52

TrailRun Nº52

AGOSTO 2022

HABLANDO DE LO MÍO

Andaba yo un poco despistado a estas alturas del verano, con la venia del respetable, buscando un tema que llevarme a las yemas de los dedos para teclear sobre él y dejar mi impronta, fugaz y efímera espero por la salud mental de todos los lectores, en este editorial al que suelo acercarme de forma habitual sin tapujos, ni parapetos, más bien a pecho descubierto y con la certeza (y el consiguiente relajo que produce) de la escasa trascendencia que puedan tener mis opiniones personales.

Pues dirán ustedes, y no sin razón, que este año y a estas alturas de la temporada no será por temas…Y es que la actualidad del trail nos desborda día sí y día también con variopintas noticias: carreras importantes de circuitos mundiales, resultados sorprendentes, retransmisiones que “hacen historia”, novedades tecnológicas a nuestros pies, récords que se baten, corredores que se superan a sí mismos, campeonatos nacionales y europeos cada fin de semana… Pero no, no me acaba de convencer nada de ello.

Pero en esto que recibo un mail de Ana Azpilicueta con la propuesta de su viñeta para este número, por cierto, no pasa nada si dejáis este texto a medio leer y os vais de forma inmediata a ver la genialidad de Anita en estas páginas. La viñeta es dura, triste pero muy real. Como ya supongo que todas la habéis visto puedo ya hablar de lo mío, que es a lo que he venido.

Segunda ola de calor en lo que va de verano, o tercera ya, nunca se sabe cuándo os va a llegar la revista en este mes y esto de las olas se está convirtiendo en algo recurrente. Hablamos de récords históricos en los termómetros de toda España, las calles de las ciudades se vacían de viandantes, solamente se puede estar a la sombra de un potente sistema de aire acondicionado, fijo o móvil (sobre ruedas me refiero) que paradójicamente quizá sean los mismos que, en cierta medida, provocan este calentamiento global que hace que los glaciares muy pronto sean historia (D.E.P. Glaciar Ayoloco – Iztaccíhuatl – México). Hace poco estuve cerca del Aneto y se me cayó el alma a los pies al ver el aspecto del gigante pirenaico, las fotos y las mediciones en la Mer de Glace, constatan una evidencia que me lleva a decir “este año no subo a verlo por no llevarme un bajón gordo”. ¿¡Qué estamos haciendo!?

Sigo con lo mío, no sin antes atiborrarme a tranquilizantes, no vaya a ser que me salga la vena justiciero-ajusticiador y vaya usted a saber…Arde España, un año más, vemos y contemplamos como nuestros montes, nuestras montañas, nuestros campos, nuestros pueblos, nuestra historia, nuestro patrimonio de cientos de años se convierte en pasto de las llamas. También nuestras carreras, nuestros lugares de entrenamiento, por supuesto. Parece que a los políticos y a los que tienen que tomar decisiones al respecto, año tras año, les sorprenda que en verano haga calor en nuestro país y que el monte crezca salvaje durante la primavera… Parece que hay que esperar a que ardan miles y miles de hectáreas para poner en marcha la campaña de prevención y extinción, será más bien ya lo segundo porque lo que es lo primero se lo pasan por el arco del triunfo.

¡Ya está bien! ¡Basta ya! ¡Nunca más!

José Antonio de Pablo «Depa»